Año 2800, en el Universo, hace un par de siglos nació un
pequeño PLANETA en el que la magia, siempre ha estado reinando. Yo soy Alice y
soy la centaúride que os guiará en esta pequeña pero inmensa historia… A este
planeta lo conocemos por sus cautivadores paisajes de ensueño… abundante
vegetación que llena de vida a los frondosos bosques… Sabiduría marcada por los
robustos y milenarios árboles… y la pincelada inocencia de las pequeñas flores
y en los vivos colores de sus pétalos… El poder de las aguas, inundaba cada
riachuelo, lago, manantial o el gran mar que rodeaba nuestro planeta… Nada más
nacer los creadores del Universo lo llamaron “GOLDEN HEART”. Aquí vivimos en
plena armonía los: centauros, gnomos, hadas, duendes, sirenas, tritones,
ninfas… y los elfos. Hace unos años, en el mes de mayo, nació la más hermosa de
las elfitas, ni las flores podían ganarla en belleza, e cabellos morenos cortos
y lisos, ojos marrones con angelical mirada, nariz pequeña y redonda, pequeños
labios finos, rostro redondeado… Sus orejitas puntiagudas y su optimista
sonrisa eran los rasgos que más la caracterizaban… Su nombre es LAURA … y
aquí os contaré un pequeño tramo de su historia: Laura, cada mañana paseaba por
los senderos del frondoso bosque cantaba a coro con las sirenas, que ensayaban
sus cantos al amanecer, bromeaba con los serios tritones, jugaba con las
flores, iba a clase y sus maestros eran
los sabios árboles… Pero un día, su
rutina matinal… se vio radicalmente transformada…
Con su característica sonrisa paseaba por los senderos hasta
que… un grito ensordecedor, cambió la expresión de su rostro alegre por la del
miedo… Pero… a los pocos segundos, reaccionó. Y sin pensárselo corrió hacia el
lugar de donde provenía el grito… Y allí en un llano del bosque vio al herido
dragón azul… una flecha negra había atravesado su humilde corazón, el pobre
enorme animal estaba aterrado… Laura mientras pensaba en una posible solución,
se esforzaba en hacer reír al dragón… Fue entonces cundo recordó el secreto del
Palacio dorado…. En uno de sus cofres de esmeralda se hallaba escondido el más
poderoso de los corazones de oro… Los creadores del Universo lo escondieron en
nuestro Planeta, cuando nació, ya que este era el lugar más seguro…
En ese momento… llamó a su unicornio y subida sobre su lomo
voló hacia el Palacio… allí nada más aterrizar, se encontró con el guardián, un
enorme titán de cinco metros de altura, cuyo nombre era Iván. Nada más llegar,
Laura se acercó a Iván, quién la preguntó: pequeña elfita ¿cómo te llamas? A lo
que nuestra pequeña amiga respondió: me llamo Laura y necesito vuestra ayuda.
Un dragón azul, protector de los sueños, ha caído herido por las flechas de los
ogros oscuros del planeta oscuro en los llanos del bosque… Necesito llevarme el
corazón de oro para poderle curar… pero he de acudir en su ayuda a toda prisa o
si no la desgracia de su muerte se grabará en la historia de nuestro planeta…
El titán sin dudarlo dos veces acompañó a la elfita al interior del palacio ,
la ayudó a coger el cofre y los dos marcharon volando en el unicornio hacia
donde se encontraba el herido dragón…
Al llegar, Laura abrió el cofre de esmeralda, y al tocar el
frágil corazón de oro, una intensa luz dorada, les cegó durante unos segundos…
Laura aún sorprendida por el efecto de la luz, puso sobre el pecho del dragón
el corazón de oro, haciéndole efecto en unos pocos minutos, haciendo
desaparecer la herida. Laura aún impactada preguntó al dragón y al titán: ¿por
qué al tocar yo el corazón de oro salió esa deslumbrante luz? A lo que nuestros
dos amigos respondieron: el corazón de oro por sí solo no tenía poder, ha sido
tu humildad, respeto, valentía, honor, alegría e inocencia lo que han actuado
como cura para la herida profunda que las flechas del planeta oscuro le habían
producido al dragón azul.
Sacando de esta historia una importante lección: una sonrisa
cura cualquier mal , una bonita palabra saca mil sonrisas y tu don el del
corazón de oro, convierte lo que antes no era nada en un mundo lleno de
grandiosos tesoros.